Yeverlin Arcón Iglesias, el falso médico contratado por un hospital de Polonuevo en el Atlántico en plena pandemia para atención domiciliaria en ese municipio, es en realidad un cantante de música religiosa.

Así lo evidencian sus perfiles en redes sociales, en donde se aprecia la actividad musical, a través de videos y mensajes de agradecimientos a Dios, combinados con la falsa profesión.

Y resulta paradójico e inexplicable para quien posa también de piadoso, que haya fingido ser médico, haber hecho el juramento hipocrático, sin haber terminado tercer semestre y profese públicamente su consagración a Dios. Es algo así como dice el refrán, una vela a Dios y otra al diablo.

Increíblemente, en su perfil de Facebook todavía aparecen fotos de su actividad del ‘Hospital en tu casa’, y mensajes que invitan a la reflexión como el publicado en mayo: “Tu misericordia Señor, necesitamos de tu misericordia, míranos con ojos de amor y llévanos a hacer tu voluntad, perdona nuestros pecados y cada una de esas acciones que nos alejan de ti”. Tal vez un mea culpa del engaño.

Lo que sí hay que reflexionar es que entre cielo y tierra no hay nada oculto y por más padres nuestros y avemarías rezadas por Arcón, su familia y su comunidad se enteraron de su verdad y su mentira.